jueves, 22 de mayo de 2008

Anecdota

Comparto con ustedes una de mis experiencias viviendo solo, esto fue hace como una semana:

Estaba camino al departamento, ya estaba anocheciendo y decidí entrar por una calle paralela a la avenida por la que casi nunca entro, fue entonces que la vi, pese a sus circunstancias se apreciaba su belleza, se notaba que venia de una familia que se había esforzado por darle lo mejor y el que ahora este en la calle era un hecho desafortunado de la vida.
Paso un vehicula en sentido contrario y la asusto, justo en ese momento nuestras miradas se cruzaron, con su mirada me estaba invitando a hablarle, a llamarla, y a mi me invadía el deseo de subirla en la movilidad, llevarla a la casa y hacerla mía.
Cuando la tuve cerca el deseo fue mas fuerte, su mirada hacia era realmente expresiva, ella estaba desesperada por estar con alguien que le de calor, refugio, amor; y bueno, yo no quería estar a estar solo; justo cuando estaba por abrir mi puerta y dispuesto a llamarla, justo en ese momento apareció el dueño de la perrita salchicha y la llamo. A mi mama no le gustan los perros y esta iba a ser mi oportunidad de tener uno, pero creo que es mejor asi.

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