miércoles, 4 de junio de 2008

Matrimonio

Hace tiempo tuve la gracia de asistir a una ceremonia de matrimonio que calo en lo más profundo de mí ser, fue un matrimonio cristiano que conmovió a todos los presentes (creyentes y no creyentes), la razón, la ceremonia se baso sencillamente en el amor, el amor que el uno tenia por el otro.
Siempre creí que con la lectura de los votos matrimoniales se manifestaba el amor, pero en esta ocasión la ceremonia en si fue la manifestación del amor, me explico; al llegar nos topamos con la mejor selección de baladas en ingles que alguna ves he escuchado, Bryan Adams, Bon Jovi, Air Suplí entre otros; el salón tenia un decorado muy sugestivo, caían del techo telas que deslizaban colores ámbar y los centros de mesa tenían 4 velas de colores perfectamente distribuidas. El équido de luces deslizaba hermosas figuras por donde pasaba, corazones formados por estrellas. De pronto las baladas cesaron para que los violines y el violonchelo inicien la marcha nupcial, la novia ingresaba, captaba la atención de todos, las luces se centraban sobre ella y al llegar al altar se aprecia la felicidad de los novios.
En ese momento vinieron las palabras celebres, estas estuvieron a cargo de los padres, los amigos, el pastor y las personas importantes, todo eso acompañado por luces impecables y el armonioso sonido de los violines tocando música clásica; lo mejor de todo, solo se sentía el amor fluir en el aire, una carga de emotividad impresionante con cada palabra, cada nota, cada mirada.
Fue una gran sorpresa enterarme que los novios habían preparado todo; habían preparado la música, seleccionado los arreglos, supervisado cada detalle, en ese momento entendí que ellos en cada cosa nos transmitían a nosotros su amor.
Hoy tuve la oportunidad de asistir a una ceremonia de renovación de votos matrimoniales luego de 25 años de matrimonio, no habían las luces ni la música pero sentí el mismo amor, las palabras de los familiares e invitados penetraban en mi ser de igual forma y el momento en que volvieron a poner los anillos y repitieron sus votos arranco unas cuantas lagrimas de mi ser.
Hoy entendí que la ceremonia de matrimonio no es para juntar un montón de amigos que uno dejo de ver hace tiempo ni para hacer un lanzamiento a la sociedad; hoy entendí que la ceremonia de matrimonio es mas que los adornos y la comida que se invita; hoy finalmente entendí que la ceremonia de matrimonio es el inicio de un pacto de amor entre dos personas ante el creador y con los seres queridos de testigos, es el momento en el que esas dos personas se profesan amor eterno y muestran ese sentimiento al mundo sin complejos ni vergüenzas porque este es el nuevo combustible que mueve sus vidas.
Lo que mas importa no es el conjunto que amenice la fiesta, ni quien dirija la ceremonia, mucho menos el lugar, lo que realmente importa es la persona que tienes a tu lado, lo que sientes por ella y lo que estas dispuesto a entregar por ella.