jueves, 17 de enero de 2008

Cronicas de un Boy Scout

Hoy leí que detrás de toda poesía hay una historia que conlleva mucho mas; me encanto la frase y me motivo a escribir estas líneas que hace mucho tiempo deseaba compartir:
Para los que me conocen de mucho tiempo saben que dedique mas de 13 años de mi vida al movimiento scout; tengo un sinnúmero de anécdotas y una de ellas es mi participación en la red de jóvenes, parte de la conferencia interamericana de escultismo.
En el año 2001 Bolivia fue seleccionada para organizar la conferencia, misma que se divide en 4 áreas y cada país puede presentar a 2 delegados con derecho a voz y voto, tuve la suerte de ser el 2do miembro en la red de jóvenes.
Llego el gran día y para emprender mi viaje al interior, estudiante universitario, 10 años como miembro del movimiento organizando un sinnúmero de campamentos, algunos fuera del país y este era mi primer viaje solo. Llegue a la terminal con la única petición que no me toque al lado de una chola de pollera (ahora creo que pedí poco ese momento), compro mi bus cama, me ubico en la ventana, saco el discman y me preparo para un viaje de 10 horas.
Despierto a las 5 am aproximadamente, veo por la ventana con dificultad por la lluvia una serie de Flotas a un lado, lo mismo al otro, entre sueños me digo “Ya llegamos, pero me duermo 5 min mas (la gran mentira)”, vuelvo a despertar a las 6 am (aprox.) y vuelvo a ver las flotas y la hora. Algo andaba mal, ninguna flota en este país es tan buena gente para dejarte dormir hasta que salga el sol. Me acerco a la cabina y escucho a unas personas decir que se había caído el puente en Chimore (¡No había salido de Santa Cruz!!! ).
Necesitaba estar en Cochabamba con urgencia antes del medio día, subí la mochila al hombro y camine, cruce la porción de puente que quedaba a pie, contemplando una flota que intento cruzar por el rio y se planto. Saliendo del tumulto de vehículos varados del otro lado encontramos una vagoneta taxi que nos llevo hasta Villa Tunari a 7 pasajeros y su equipaje de viaje, hábilmente me ubique en el maletero sobre los bolsones, considero que era el mas cómodo dentro de las condiciones que ofrecía el pequeño vehículo.
Al llegar a Villa Tunari tomamos un micro poco mas grande y mucho mas viejo de los que circulan hoy en Santa Cruz, para graficarlo, solo faltaba la vaca al fondo y las gallinas saltando de un lado al otro, en la primer parada cambie mi asiento por ir cómodamente colgado de la puerta respirando aire puro.
Tuve unos cuantos minutos en Villa Tunari pero bastaron para enamorarme de su belleza cautivante, lugar al que pude llegar el 2007 (Experiencias), las personas que conocí han sido grandes modelos pero sobre todo grandes amigos a pesar de la distancia hasta el día de hoy.
La red de jóvenes le dio un giro a mi vida, comprendí que desde México hasta tierra del fuego los latinos en mayor o menor grado tenemos los mismos problemas pero sobre todo el mismo amor a la vida y que las vivencias de los scouts son inolvidables.