jueves, 3 de abril de 2008

Martes fue cumpleaños de mi sobrino, lo festejaron en el Kinder así que en la noche llegue a casa con un juguetito para el, el momento que se lo entregue miro hacia su papa y exclamo.
¡Papa!, un regalo.
Inmediatamente giro hacia mí y con vos dulce me dijo:
¿Qué es?
¿Puedo abrirlo?
Su emoción me llego a lo mas profundo del corazón y diciéndole que SI guarde esa escena entre los mejores momentos de mi vida.
Inmediatamente y con ayuda de su hermanito empezaron a romper el papel y desarmar la caja, con esos ojos de niños (bien abiertos explorando el mundo por primera ves esperando con ansias de cada sorpresa) salio otra exclamación de su boca diciendo “¡Un montón de autos!” y empezaron a repartirse los dinquis por colores entre ambos.
La semana pasada en los cursos prematrimoniales nos dieron una gran lección, “el amor no es solo para darlo, también es para recibirlo” y esta escena fue el mejor ejemplo de la recepción de cariño con amor.
¿Acaso no vale la pena demostrarle lo que sientes a otra persona? ¿Acaso no es bonito recibir el cariño que tienen hacia uno? El regalo es lo de menos, lo que importa son las actitudes, no caer ni en el consumismo ni en la frialdad.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
El amor es valorar un gesto, el amor es agradecer una atención, el amor no es esperar todo lo que soñamos sino valorar el esfuerzo/dedicación que nos brindan, el amor es mirar al mundo con una sonrisa en la cara y decirle “soy feliz con lo que tengo y creo en lo que aspiro”, el amor es mucho mas de lo que podemos decir y aun mas de lo que hacemos, pero es lo que nos mantiene vivos.
El amor necesita fluir, no puede estancarse; no sirve de nada darlo si no estamos sanos de las heridas del pasado para poder recibirlo, tampoco podemos esperar recibirlo siempre si no lo damos.
Hace años mis amigos me regalaron un desayuno, creo que es uno de los mejores regalos que he recibido porque ese momento vi el cariño de cada uno de ellos, ahora me duele saber que ellos no vieron ni compartieron la alegría que yo sentí ese momento, gracias a todos.